-Atrévete- dijo el cobarde...-
-¡Estoy de vuelta!- dijo un tipo que nunca fue a ninguna parte.-
-Sálvame- dijo el verdugo.-
-Sé que has sido tú- dijo el culpable.-
-No me grites- dijo el sordo.-
-Hoy es jueves- dijo el martes-
Y tú no te perfumes con palabras para consolarme...
déjame solo conmigo,
con el intimo enemigo,
que malvive de pensión...
en mi corazón.
El receloso, el fugitivo, el más oscuro de los dos, el pariente pobre de la luna...
el que nunca se desnuda... sino me desnudo yo.
El caprichoso, el orgulloso, el otro, el cómplice, el traidor.
A ti, te estoy hablando a ti, que nunca sigues mis consejos,
a ti, te estoy gritando a ti, que estás metido en mi pellejo,
a ti, que estás llorando y... al otro lado del espejo...
a ti, que no te debo más que el empujón que anoche, me llevo a escribir otra canción.
-No mientas- dijo el mentiroso.-
-Buena suerte- dijo el gafe.-
-Ocúpate del alma- dijo el gordo vendedor de carne.-
-Pruébame- dijo el veneno.-
Ámame como odian los amantes.
-Drogas no- dijo el camello.-
-¿Cuánto vales?- dijo el ganster.-
Apunto de rendirme estaba, a un paso de quemar las naves...
cuando al borde del camino...
por dos veces el destino
me hizo un guiño en forma de labios de mujer...
-¿Nos invitas a una copa?
Yo te secaré el sudor-
-Yo te abrazaré bajo la ropa...
¿Y quién va a dormir conmigo?
-Ni lo sueñes- contestó.-
Una indignada, y otra encantada...
no dijo nada y sonrió...
A ti, te estoy hablando a ti, que nunca sigues mis consejos,
a ti, te estoy gritando a ti, que estás metido en mi pellejo,
a ti, que estás llorando y... al otro lado del espejo...
a ti, que no te debo más que el empujón que anoche, me llevo a escribir otra canción.
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