Recuerdo tus ojos, color chocolate, color café, del color de una guitarra lustrada nueva, con ese brillo tan increíble, que solo se le puede dar a algunas estrellas...
Recuerdo tu pelo, color azabache, del color de una noche sin estrellas, recuerdo que lo llevas suelto o recogido, y recuerdo que eso no importaba mucho, ya que cuando te dabas la vuelta tu pelo me atraía hacia ti...
Recuerdo tus labios, rojos, pero no ese rojo artificial que hace creer a las mujeres que están bellas, si no... un bello color rojo, ni muy intenso ni muy apagado...
Recuerdo tu sonrisa... capaz de hacer que un hombre perdiera el aliento, capaz de hacerte sentir como si fuese hielo resquebrajadose, capaz de hacer que cualquier persona, fuese quien fuese, olvidará todo, sin importar su estado de ánimo, y sonriera con ella...
Pero, por encima de todo, recuerdo tu voz, esa voz.... como un beso en los oídos... ese sonido... que no sabes porque te hace moverte con el... y estoy seguro, de que si la visión de un arcoiris, o de un diamante, se pudiera captar con el oído, el sonido de su voz sería 20 veces más bonito y embriagador...
Aunque, claro está, ella es todo esto y mucho más, yo no podría decir con claridad lo que ella hace sentir a uno por dentro, si no la has visto, no podrás hacerte una idea.
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