Me gusta imaginar,

y cuando lo hago, lo hago a lo grande, porque, puestos a ello, ¿para qué imaginarse algo cutre? No, no. Yo lo que quiero es un sueño de esos que se vuelven realidad, sí, y no pararé hasta tenerlo.

Entonces, deberíamos empezar por... ¿cuál es tú sueño?
Pues, ¿la verdad? No tengo.

Me gusta imaginar, imaginar a lo grande, pero, no tengo sueños. Siempre los vi como una carga de la cual no te libras hasta que alguien te da una hostia y te devuelve al mundo real, así que, ¿para qué quiero sueños?

Me gusta imaginar, imaginarme mundos, planetas, universos enteros. Solo que no tengo esperanza de hallarlos, así que, supongo que no tengo sueños.

Me gusta imaginar, ¿qué repetitivo, no?

Pero es que todavía no os he dicho lo que más me gusta imaginar: me imagino a mi con ella.

Todo el tiempo. ¿Es raro?

No sé, a lo mejor divago... Lo que quiero decir, en realidad, es que me gustaría estar con ella todo el día. 

Ahí va... quizás... quizás ella sea mi último sueño.