lunes, 2 de abril de 2012

Siempre que cierro los ojos tú estás ahí.

Pero, entonces abro los ojos, vuelvo a la realidad, donde no hay nada, ni nadie, todo está vacío, todo está roto. ¿Dónde estará?
Cierro los ojos, noto el calor del sol en la cara, pero, no es igual que el suave calor de tus besos.
Cierro los ojos, me cae una lágrima, me recuerda a tus manos, pero, no tiene la misma intensidad.
Cierro los ojos, sonrío, pero, no estoy del todo feliz sin ti.
Cierro los ojos, ¿cuántas veces? Las que haga falta, hasta volver a abrirlos y que estés, por fin, a mi lado.
Pero, sigues allí, y yo aquí, y el tiempo parece no pasar.
¿Qué le habrá pasado a ese chico alegre que solía ser cuando estabas conmigo?
Respiro, pero, me pesa hasta el aire cuando no estás.
Respiro, pero, no encuentro un olor tan embriagador como el de tu pelo.
Respiro, ¿por qué sigo haciéndolo? 
Supongo que para abrir los ojos otra vez, y verte a mi lado. 
Todo, para verte a mi lado. Todo.

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