¿Cómo haces para dar conmigo?
¿Por qué me persigues aún?
¿De verdad valgo tanto para ti?
Será que no sabes... será que no quiere ver...
Tal vez seas tú mi gema del tiempo al final.
Pero en serio, tu poder para aparecer justo cuando más necesito que vengas es apabullante, inconcebible.
¿Seremos invencibles?
Solo el tiempo puede decirme.
Apareces de la nada con acrobacias nómadas de la alegría en la que te embulles.
Déjame bañarme un rato más en ese mar,
quítame el hipo y el miedo, la hipocresía y el ego,
curámelo todo y vuélveme a envenenar luego.
Que no sé de musas que no me maten,
mi muerte se presume.
El tiempo me volvió el alma azabache,
mi gema me sacó de él solo con perfume.
Y ahora solo vivo buscando que me saque de nuevo.
Buscador de orgasmos cósmicos,
de galaxias sin explorar, sin explotar,
todas en mi, todas en nosotros,
siempre que mi verso valga un beso,
seguiré buscando estar pletórico.
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